En conjunto o solo, con marco o sin marco, como punto de enfoque principal o escondido e incluso tapado, en medio de la habitación o en un rincon, colgado o puesto contra la pared, masculino o femenino; damos la bienvenida a las caras desconocidas.
Los retratos tienen fuerza, los ojos que te miran, la expresión que no te deja indiferente. Me gusta la idea como un medio de escapatismo. Tumbarse, mirándolos, pensando quién puede ser esta gente, de donde vino, que tipo de vida tuvieron, como fue su día día, sus amores, decepciones, dificultades y alegrías...
Aunque en conjunto con otros retratos, creando así un gallery wall,
tienen un efecto impresionante, solos como individuos se convierten en un
punto de enfoque, un elemento particular que crea una sensación de
misterio: de todas las caras, de todos los retratos, ¿por qué éste?
Y vosotros, ¿qué preferís? ¿Un conjunto de retratos o un retrato solitario?
Comments
Post a Comment